UNA VACA OCASIONAL

Ifigenia, una niña perfectamente citadina, está aterrada de pensar en que sus padres la enviarán a pasar vacaciones en el campo, en la casa de sus primos, a los que tiene por desaforados y salvajes. Ella cree que no podrá soportar las picaduras de mosquito y las enfermedades, sin saber que, al contrario, tendrá uno de los mejores veranos de su vida.
Esta estupenda historia está dirigida a lectores entre los nueve y los once años de edad, capaces de comprender tramas más extensas, así como los aspectos psicológicos que intervienen en las situaciones cotidianas y los sentidos de la ironía y del buen humor.
Esta novela ofrece a sus lectores demasiadas riquezas y satisfacciones. Una de ellas tiene que ver con el contacto entre los niños del campo y las niñas de la ciudad, y la necesidad que tienen todos de perder los prejuicios ante lo que es diferente. A la vez, se les propone a los lectores que acepten las nuevas aventuras que se les presenten, que toleren y disfruten los cambios, y que entiendan que el mundo no es sólo aquel que les rodea en lo cotidiano. Otra cualidad indiscutible de este libro es que Polly Horvath conoce (o recuerda muy bien) la psicología de los niños.
Esta se refleja en sus juegos, sus peleas, sus secretos, en su sentido de la amistad, en la naturalidad con la que se inventan aventuras que parecen tomadas del cine, para jugar a que son grandes espías con grandes misiones secretas. Una vaca ocasional es así un maravilloso espejo en el que los niños podrán verse y comprenderse a sí mismos con nitidez.